
Tipo de Texto: Mixto.
Titulo:Coma Mas Carne Blanca.
Desarrollo:Las Vacas estan cansadas de que las maten y se las coman.
Conclusion:Las Vacas usan letreros para decir que coman mas carne de pollo.
Texto:
La tragedia anual
La temporada invernal en Colombia trae cada año dramáticas imágenes que esconden tristes tragedias y actos heroicos. La de este segundo semestre del año se produjo en jurisdicción de Giraldo (Antioquia), en la vía de Medellín a la zona de Urabá. Un alud de tierra sepultó a entre 20 y 30 personas, sobre quienes los organismos de rescate no albergaban ayer ninguna esperanza de encontrar vivas. Incluido el joven patrullero de la Policía de Carreteras Germán Vargas, arrastrado por la avalancha después de salvar a una madre y su bebé.
Derrumbes, deslizamientos, inundaciones, desbordamientos de ríos y vendavales están golpeando a lo largo y ancho del país, desde Norte de Santander hasta Córdoba y desde La Guajira hasta Caldas. Al mediodía de ayer, el informe técnico diario del Ideam identificaba siete alertas rojas en las zonas Caribe y Andina, así como cinco avisos, uno de ellos en la Costa Pacífica. El más reciente consolidado del Ministerio del Interior reporta la impactante cifra de 812.997 afectados por la temporada invernal en 421 municipios de 27 departamentos. Prácticamente toda la geografía nacional. Congregados estos miles de damnificados en una sola urbe conformarían la séptima ciudad más poblada de Colombia. A esto se añaden las pérdidas materiales (146.000 viviendas averiadas) y de vidas humanas (74) y más de 165 heridos.
No hay área rural o urbana que se salve de la inclemencia de los elementos: un barrio entero de Barranquilla colapsó; otro de Bucaramanga sufrió un deslizamiento de tierra; un vendaval azotó una zona de Bogotá; las lluvias en la Sierra Nevada aumentaron el caudal del río Manzanares que, a su vez, inundó 12 barrios de Santa Marta. Muchos sectores de la economía se ven afectados por el invierno. El abanico de los impactos es amplio: desde las actividades agropecuarias y forestales hasta el abastecimiento de agua y la generación de energía, pasando por la vivienda, la infraestructura y la salud. Los costos económicos y sociales que le reprentan al país las continuas emergencias invernales son incalculables. Solo en términos de respuesta estatal en los últimos cinco años se calculan más de 250.000 millones de pesos. Y lo peor de todo es que estas tragedias se repiten sin cesar año tras año, y que, según las autoridades climáticas, el fenómeno de 'La Niña'continuará hasta mediados del 2011. En otras palabras, este azote apenas comienza.
Pero no todo es culpa de 'La Niña', ni tampoco debería confiarse solo a la preparación y capacidad de los organismos de socorro. Aunque el clima pueda ser impredecible, la disposición de planes preventivos reduce la magnitud de los daños materiales, salva vidas y propiedades y mitiga los choques sobre estas poblaciones vulnerables. Las que estarían menos expuestas si se implementan medidas para impedir, por ejemplo, la construcción de viviendas en zonas de riesgo o la deforestación de las riberas de los ríos. Existen, asimismo, necesidades de carácter más estructural, como la modernización de la infraestructura vial o la vigilancia más estricta de los permisos para los constructores.
La rutina de un aparato gubernamental desbordado por las lluvias denota la incapacidad de poner en marcha un verdadero sistema público de prevención. La experiencia, el heroísmo y el compromiso de las distintas entidades públicas y privadas y de la sociedad civil que cada año activan sus protocolos de atención de desastres no están en duda. El problema está en el tiempo que transcurre entre una emergencia invernal y la siguiente. Tiempo que debería destinarse a quebrar esa dramática repetición, que no solo destruye hogares y golpea a los más débiles, sino que también cobra vidas.
RESUMEN:
El invierno en colombia esta haciendo estragos en los dias pasados Giraldo (Antioquia), en la vía de Medellín a la zona de Urabá. Un alud de tierra sepultó a entre 20 y 30 personas, sobre quienes los organismos de rescate no albergaban ayer ninguna esperanza de encontrar vivas. Incluido el joven patrullero de la Policía de Carreteras Germán Vargas, arrastrado por la avalancha después de salvar a una madre y su bebé.
Derrumbes, deslizamientos, inundaciones, desbordamientos de ríos y vendavales están golpeando a lo largo y ancho del país, el Ideam identificaba siete alertas rojas en las zonas Caribe y Andina, así como cinco avisos, el Ministerio del Interior reporta la cifra de 812.997 por el invierno. A esto se añaden las pérdidas materiales (146.000 viviendas averiadas) y de vidas humanas (74) y más de 165 heridos.
umentaron el caudal del río Manzanares que, a su vez, inundó 12 barrios de Santa Marta. Muchos sectores de la economía se ven afectados por el invierno. El abanico de los impactos es amplio: desde las actividades agropecuarias y forestales hasta el abastecimiento de agua y la generación de energía, pasando por la vivienda, la infraestructura y la salud. Los costos económicos y sociales que le reprentan al país las continuas emergencias invernales son incalculables. Solo en términos de respuesta estatal en los últimos cinco años se calculan más de 250.000 millones de pesos.
La incapacidad de poner en marcha un verdadero sistema público de prevención, la experiencia, el heroísmo y el compromiso de las distintas entidades públicas y privadas y de la sociedad civil que cada año activan sus protocolos de atención de desastres no están en duda. El problema está en el tiempo que transcurre entre una emergencia invernal y la siguiente. Tiempo que debería destinarse a quebrar esa dramática repetición, que no solo destruye hogares y golpea a los más débiles, sino que también cobra vidas.
PARTES DEL TEXTO:
TITULO:LA TRAGEDIA ANUAL
INTRODUCCION:La temporada invernal en Colombia trae cada año dramáticas imágenes que esconden tristes tragedias y actos heroicos.
DESARROLLO:Derrumbes, deslizamientos, inundaciones, desbordamientos de ríos y vendavales están golpeando a lo largo y ancho del país, desde Norte de Santander hasta Córdoba y desde La Guajira hasta Caldas. Al mediodía de ayer, el informe técnico diario del Ideam identificaba siete alertas rojas en las zonas Caribe y Andina, así como cinco avisos, uno de ellos en la Costa Pacífica. El más reciente consolidado del Ministerio del Interior reporta la impactante cifra de 812.997 afectados por la temporada invernal en 421 municipios de 27 departamentos. Prácticamente toda la geografía nacional. Congregados estos miles de damnificados en una sola urbe conformarían la séptima ciudad más poblada de Colombia. A esto se añaden las pérdidas materiales (146.000 viviendas averiadas) y de vidas humanas (74) y más de 165 heridos.
CONCLUSION:La experiencia, el heroísmo y el compromiso de las distintas entidades públicas y privadas y de la sociedad civil que cada año activan sus protocolos de atención de desastres no están en duda. El problema está en el tiempo que transcurre entre una emergencia invernal y la siguiente. Tiempo que debería destinarse a quebrar esa dramática repetición, que no solo destruye hogares y golpea a los más débiles, sino que también cobra vidas.
